En esta ocasión me gustaría contaros el origen de este espectacular edificio modernista que ocupa toda una manzana situado en Madrid desde 1908, se encuentra muy cerca de la glorieta de Cuatro Caminos.
Fue diseñado y construido como hospital y asistencia sanitaria "gratuita" para los jornaleros de la ciudad. En origen se denomina Hospital de Jornaleros de San Francisco de Paula. La sanidad española a finales del s. XIX era muy distinta a la actual, estaba cargada de corrientes liberales y de solidaridad, esto dio lugar a iniciativas capaces de ayudar gratuitamente a los más necesitados.
El conjunto tiene cuatro naves en estrella distribuidas en planta en forma de aspa, con un patio central
de forma octogonal, (tomando la idea el arquitecto del Hospital Real de Santiago de Compostela), dos edificios de consultorio, una Iglesia y un acceso desde la calle Maudes. El recinto queda cerrado por un muro de contención.
La iglesia de este edificio siempre se llamó Parroquia de la Divina Pastora, pero hoy en día es la Parroquia de Santa María del Silencio, en la que la mayoría de fieles son sordo-ciegos, y donde se hacen misas especiales muy curiosas de seguir.
Posee una cúpula espectacular que da un gran colorido al interior de la iglesia cuando el sol incide en ella, (al igual que las vidrieras), cambiando de tonos según la iluminación del día.
Durante la Guerra Civil el Hospital se encuentra lealmente al lado de la República, pasará a llamarse entonces "Hospital Obrero de Cuatro Caminos" o más popularmente como "Hospital Obrero de Maudes". Fue incautado por el Socorro Rojo Internacional para dar asistencia al Ejército Popular Republicano.
Tras la guerra se acondiciona como Hospital Militar. Estuvo en uso hasta que entró en decadencia, ¡¡incluso con amenaza de derribo!!. A Finales de los años sesenta entra en declive, y en 1970 se abandona definitivamente el conjunto de edificios.
Detalle de uno de los cuatro torreones
Al ser Bien de Interés Arquitectónico, en 1976 es declarado Monumento Nacional y Patrimonio Histórico de España, y es salvado del derribo al que estaba condenado. ¡¡Menos mal!!.
Aunque el interior del edificio no lo dejan visitar, el exterior y la iglesia merecen la pena, ¡¡os lo recomiendo porque os sorprenderá!!.
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