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miércoles, 8 de enero de 2014

Estatua ecuestre de Felipe IV (Madrid).



En la Plaza de Oriente de Madrid, (donde está situado el Palacio Real), está ubicada la estatua ecuestre del rey Felipe IV, (1605-1665) quien quiso que se le representase de una manera excepcional, ¡¡como nunca se había hecho!!. Su padre, Felipe III tiene una estatua espléndida en la Plaza Mayor, pero él quería algo ...., algo mucho más especial, quería superar en calidad artística e impacto visual lo ya conocido, ¡¡y a la de su padre claro está!!. Todos los bocetos le parecían simples.




Pidió que su caballo estuviera apoyado sólo en las patas traseras, para que el Rey pudiera mostrar así su poder con aquella pose. Sobre bocetos del propio pintor Velázquez, se encargó a Pietro Tacca (un artista italiano), la obra y resolución del problema de estabilidad ya que hasta el momento nadie había modelado una escultura semejante por su complejidad técnica.




Dicen que como no sabía cómo resolver tan terrible problema, (había que desafiar la ley de la gravedad, ya que la estabilidad de la propia escultura por el peso y estructura hacían peligrar la obra), pidió consejo al mismísimo Galileo Galilei (1564-1642) para solucionar el problema que le tenía tan preocupado.


El físico-matemático Galileo Galilei, le sugirió  que hiciera maciza la parte trasera del caballo y hueca la delantera. Fue así como finalmente el equilibrio se resolvió gracias a un calculado estudio de los puntos de apoyo y distribución de pesos.




Sabed que es la primera escultura a caballo del mundo en la que éste se sostiene únicamente sobre sus patas traseras. Esta solución (pionera en el mundo del arte), impulsó un nuevo modelo estatuario que estuvo vigente en los siglos posteriores. Dicha obra tardó 6 años en realizarse.




Cuando paséis por la Plaza de Oriente y veáis a Felipe IV en su caballo, acordaos de las dificultades que pasó el artista para satisfacer los deseos del monarca...., uff..., ¡¡¡estos Reyes!!!.  Claro que gracias a desafíos como este el arte evoluciona.







2 comentarios:

  1. Así es Susana. En muchos casos se debe la prosperidad a los caprichos y cabezonadas de las/los monarcas y gerarcas, que por querer" rizar el rizo" hacían trabajar la mente de los artistas y técnicos de la época.
    Lo lamentable es que ellos pasaban a la historia como "los primeros" en esto o en aquello y para el artista "pan y agua".
    Claro que también "se estrellaban" en otros casos, pero entonces la culpa se la echaban a sus vasallos, "al pueblo" (populacho para ellos) o a los elementos, como por ejemplo perder guerras o posesiones y más concretamente una "Armada Invencible"; que no lo sería tanto cuando la perdieron.

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  2. ¡¡Cierto Adrián¡¡, la mente incansable de los artistas por superarse..¡¡incluso a ellos mismos¡¡, no conoce límites, pero PENSANDO, es como se resuelven las cosas. Gracias por tu comentario. Saludos.

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